¿Qué mejor momento que el final de un año para cerrar etapas? Si cada proyecto tiene su línea vital, la de este blog está a punto de terminar. Empecé con La palabra entre líneas como un divertimento literario, un reto personal que no sabía hasta dónde me iba a llevar. Gracias a vosotros, la aventura se ha prolongado durante cuatro años y medio; con gran vitalidad al principio, con dificultad en los últimos tiempos. Ha llegado el momento de dar por acabada una iniciativa que ya no puedo seguir manteniendo con la misma dedicación.
Quería, ante todo, daros las gracias por vuestro apoyo. A los que confiasteis en el proyecto desde el primer día, a los que estuvisteis de paso, a los que os incorporasteis al final. Lo he dicho en varias ocasiones y lo repito: si no fuera por vuestra complicidad y vuestra constancia, La palabra entre líneas no habría podido tirar adelante. No sólo os implicasteis como jugadores, sino que también tuvisteis la generosidad de regalarnos algunos microrrelatos de vuestra cosecha. Como homenaje, aquí tenéis la recopilación.
En el futuro no habrá nuevos microrrelatos con adivinanza, pero dejaré el blog abierto para quienes quieran descubrir o recordar los antiguos microrrelatos.
Por última vez, ¿adivináis la palabra entre líneas de esta despedida?
A _ _ _ _ (sustantivo masculino)