A o Tiempo de despedidas

¿Qué mejor momento que el final de un año para cerrar etapas? Si cada proyecto tiene su línea vital, la de este blog está a punto de terminar. Empecé con La palabra entre líneas como un divertimento literario, un reto personal que no sabía hasta dónde me iba a llevar. Gracias a vosotros, la aventura se ha prolongado durante cuatro años y medio; con gran vitalidad al principio, con dificultad en los últimos tiempos. Ha llegado el momento de dar por acabada una iniciativa que ya no puedo seguir manteniendo con la misma dedicación.

Quería, ante todo, daros las gracias por vuestro apoyo. A los que confiasteis en el proyecto desde el primer día, a los que estuvisteis de paso, a los que os incorporasteis al final. Lo he dicho en varias ocasiones y lo repito: si no fuera por vuestra complicidad y vuestra constancia, La palabra entre líneas no habría podido tirar adelante. No sólo os implicasteis como jugadores, sino que también tuvisteis la generosidad de regalarnos algunos microrrelatos de vuestra cosecha. Como homenaje, aquí tenéis la recopilación.

En el futuro no habrá nuevos microrrelatos con adivinanza, pero dejaré el blog abierto para quienes quieran descubrir o recordar los antiguos microrrelatos.

Por última vez, ¿adivináis la palabra entre líneas de esta despedida?

A _ _ _ _ (sustantivo masculino)

Fin de la sexta ronda

Tras un viaje realmente accidentado, la sexta ronda llega a su fin. Antes que nada, quisiera agradeceros la enorme paciencia que habéis tenido esta temporada: causas de fuerza mayor me han impedido actualizar el blog con la frecuencia semanal que le correspondía, pero vosotros habéis estado al pie del cañón en cada nueva entrega. Lo cierto es que habéis sido el motor que ha hecho tirar adelante el blog hasta el final.

La sexta ronda ha acabado siendo un mano a mano entre dos comentaristas de excepción: Amkiel y Palimp. A estas alturas, no hace falta decir que el vencedor de esa contienda ha sido Amkiel, pero sí que es necesario felicitarle oficialmente (¡enhorabuena, Amkiel!) y concederle el premio que se merece: un microrrelato personalizado.

Amkiel pidió que su digno contrincante apareciese también en la historia… ¡Deseo concedido! Espero que el microrrelato os guste a los dos:

Cazadores de palabras

Agazapado tras un matojo de páginas en blanco, el cazador Amkiel espera a su presa. Sabe que debe ser astuto, cauteloso y rápido para dar con ella antes que la competencia. En cuanto la vea aparecer, alzará su artilugio para atrapar palabras y la apresará. La llevará a su laboratorio literario, donde la observará durante horas mientras toma notas indescifrables en su cuaderno. Una vez concluido su estudio, trabajará sin descanso en su borrador hasta transformarlo en un microrrelato redondo. El cazador está tan sumido en sus pensamientos que casi pasa por alto el leve roce de una página unos metros delante de él. Intuye que se trata de una palabra larga, aunque quizás algo tímida. Con cautela, Amkiel abandona su escondite, artilugio en alto, y se dirige hacia allí. Le sorprende no encontrar ninguna palabra: agazapado tras un matojo de páginas en blanco, el cazador Palimp espera a su presa.

¿A punto para la sexta ronda?

Después de un larguísimo descanso estival, ¡llega la sexta ronda a La palabra entre líneas! Nuevos microrrelatos y nuevas adivinanzas con los que espero poder despertar vuestra curiosidad y vuestro sano espíritu competitivo otra vez.

La sexta ronda comenzará el próximo lunes, 13 de octubre. Una vez más, os animo a descubrir la palabra oculta en cada microrrelato a partir de su argumento y de las pistas complementarias.

Como en rondas anteriores, las entregas serán semanales y seguirán el alfabeto. Y también en esta ocasión el ganador de la ronda se llevará un microrrelato personalizado.

Pero vamos a introducir algunos cambios en el sistema de puntuación. En esta ronda, no habrá un único ganador semanal: todos los comentaristas que adivinéis la palabra entre líneas antes de la fecha límite (los jueves a las 22:00, hora del blog) obtendréis un punto. Las soluciones aparecerán publicadas los viernes.

También recibiréis puntos los que os animéis a escribir vuestros propios microrrelatos una vez descubierta la palabra oculta. Y, durante la ronda, tendréis dos metas volantes que os permitirán conseguir más puntos extra.

No es necesario que memoricéis las instrucciones: las encontraréis en todo momento en la sección El proyecto.

¿Os apetece acompañarme en esta nueva ronda? A partir del próximo lunes, ¡cuento con vosotros!

Fin de la quinta ronda

Con algo de retraso (¡disculpad la falta de ritmo de estas últimas semanas!), llega el veredicto de esta quinta ronda del blog. Pero antes tengo que agradeceros, una vez más, el apoyo prestado durante estos meses. Vuelvo a decirlo: sin vosotros, vuestros comentarios y vuestra constancia, este divertimento literario no tendría sentido.

Todos nos merecemos un descanso tras el esfuerzo, ¿verdad? Así que cerraremos el blog por vacaciones el resto del verano y volveremos a la carga en septiembre con la sexta ronda. Os adelanto que habrá algunos cambios de funcionamiento pero la esencia del juego seguirá siendo la misma.

Si os apetece recordar los microrrelatos de esta quinta ronda, los tenéis recopilados en este ebook que os podéis descargar gratuitamente. Como siempre, sois libres de difundirlo y de recomendarlo a quien queráis.

Vamos ya con el ganador. Y es su tercera victoria… ¡Felicidades de nuevo, Palimp! Hay que decir que nuestro campeón se ha impuesto por la mínima a Rebeca, la segunda clasificada, tras una intensa lucha literaria que ha durado semanas. El microrrelato personalizado de premio para Palimp intenta imaginar cómo ha sido esa lucha… ¡Que lo disfrutéis!

La última palabra

No se han visto nunca. No conocen prácticamente nada el uno de la otra. Él se oculta tras un alias; ella deja entrever apenas un nombre. Pero comparten un mismo objetivo: resolver cada enigma antes que nadie. Así que ahí están, sentados ante sus ordenadores, las yemas de sus dedos casi rozando las teclas, esperando la llegada de una nueva pista. Disputan una batalla virtual por entregas. Unas veces gana él; otras, la vencedora es ella. Cada semana, uno de ellos saborea la victoria mientras intuye la maldición que soltará su rival al descubrir su derrota. Mantienen una lucha igualada hasta que, en el último momento, él toma la delantera. No necesita confirmación: se sabe ganador. Entonces se recuesta en el respaldo de su asiento y suspira, satisfecho. La imagina aceptando el resultado con la sonrisa del buen perdedor. Y, virtualmente, se inclina con respeto ante su digna oponente.

Fin de la cuarta ronda

Llegó el final de la ronda alfabética, y una vez más toca dar las gracias a todos los que habéis aguantado, incansables, entrega tras entrega.

Después de una edición especial (y, reconozcámoslo, más complicada, tanto para mí al escribir los microrrelatos como para vosotros al encontrar la solución) dedicada a los personajes literarios, el blog se toma vacaciones por unas semanas. Volverá en breve con una quinta ronda que recuperará la dinámica habitual: encontrar palabras ocultas.

Como es tradición, os dejo un ebook gratuito en el que he recopilado los microrrelatos de la cuarta ronda. Podéis releerlos o compartirlos con quien os apetezca.

Sólo falta felicitar a Rebeca, ganadora indiscutible de esta ronda. ¡Enhorabuena! Y hacerle entrega de su premio virtual: un microrrelato dedicado especialmente a ella. Intenta ser un homenaje a toda esa gente que, a base de pequeños gestos, intenta cambiar el mundo para volverlo más sostenible. ¡Que lo disfrutes, niña! :-)

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El efecto mariposa

Mira a su alrededor y todo es gris. No se ve luz, no se oyen risas, no queda esperanza. El mundo está adormecido, pero ella se niega a rendirse al letargo. Intenta mover las alas. Su gesto tímido, casi imperceptible, logra mecer sutilmente la hierba. Entonces, animada por un repentino optimismo, bate las alas sin complejos, y su acción provoca una brisa que agita las ramas más bajas de los árboles. Un suave tono verde empieza a teñir las hojas. Envalentonada ahora, decide aletear con más fuerza. Consigue elevarse. Vuela. Y su vuelo genera una ráfaga tan intensa que lo sacude todo hasta desperezarlo. Vuelven los colores, las risas, la luz. El mundo vibra con energías renovadas.