A o Tiempo de despedidas

¿Qué mejor momento que el final de un año para cerrar etapas? Si cada proyecto tiene su línea vital, la de este blog está a punto de terminar. Empecé con La palabra entre líneas como un divertimento literario, un reto personal que no sabía hasta dónde me iba a llevar. Gracias a vosotros, la aventura se ha prolongado durante cuatro años y medio; con gran vitalidad al principio, con dificultad en los últimos tiempos. Ha llegado el momento de dar por acabada una iniciativa que ya no puedo seguir manteniendo con la misma dedicación.

Quería, ante todo, daros las gracias por vuestro apoyo. A los que confiasteis en el proyecto desde el primer día, a los que estuvisteis de paso, a los que os incorporasteis al final. Lo he dicho en varias ocasiones y lo repito: si no fuera por vuestra complicidad y vuestra constancia, La palabra entre líneas no habría podido tirar adelante. No sólo os implicasteis como jugadores, sino que también tuvisteis la generosidad de regalarnos algunos microrrelatos de vuestra cosecha. Como homenaje, aquí tenéis la recopilación.

En el futuro no habrá nuevos microrrelatos con adivinanza, pero dejaré el blog abierto para quienes quieran descubrir o recordar los antiguos microrrelatos.

Por última vez, ¿adivináis la palabra entre líneas de esta despedida?

A _ _ _ _ (sustantivo masculino)

L o A primera vista

Le llamó la atención en cuanto lo vio: apenas un par de frases y la tuvo ganada. Desde entonces, ella prácticamente no se ha separado de él. Cuanto más lo descubre, más desea tenerlo a su lado. Si las circunstancias no permiten que la acompañe, lo lleva en sus pensamientos. Han vivido semanas de pasión constante, pero hace ya un par de días que ella presiente el final muy cerca. No es lo que desea, y sospecha que él tampoco lo quiere; pero ambos sabían desde un principio que su historia terminaría sin poder remediarlo. Ella intenta retrasar el momento. Saborea cada pequeño detalle para recordarlo de por vida. Cuando al fin llega lo inevitable, cierra el libro recién acabado y, con una sonrisa agridulce, lo deja sobre la mesita.

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L _ _ _ _ _ _ (sustantivo femenino)

Si sabéis cuál es la palabra oculta, podéis dejar un comentario. El jueves, día límite.

Ñ o Tardes de espera

La ve salir de la habitación con prisas. Esta tarde tampoco le ha lanzado un beso desde la puerta a modo de despedida, como solía hacer antes. Ni siquiera se ha dignado a mirarle: hace tiempo que dejó de ser visible para ella. Cuando Irene empezó a cambiar, él intuyó que la acabaría perdiendo tarde o temprano. Como no estaba en posición de impedirlo, dejó que ella se distanciara cada vez más. Al principio, Irene le ponía excusas para salir sin él; con los meses, dejó de disimular las ganas de dejarle atrás. Ahora, durante las interminables tardes que pasa solo en la habitación, se refugia en los recuerdos: las risas compartidas, las confidencias nocturnas, los sueños que vivieron juntos. Mientras espera el regreso de Irene, se consuela pensando que, por mucho que el tiempo la obligue a crecer, no le quitará el privilegio de haber sido su peluche favorito.

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_ Ñ _ _ _ _ (verbo transitivo)

J o Intercambio de prisioneros

Aunque no suele ser habitual en ella, llega puntual al lugar acordado para desconcertar a su adversario. Él, siempre tan preciso, ha decidido retrasarse esta vez como venganza. Al encontrarse, se miran con fingida indiferencia y se dedican sendos monosílabos a modo de saludo. Él advierte que ella se ha arreglado más de lo acostumbrado, como si quisiera hacerle creer que está mejor que antes; ella nota que él viste más informal, como pretendiendo transmitir un aire despreocupado. Los dos habían ensayado en sus cabezas qué reprocharían al otro en cuanto se vieran, pero ahora ninguno sabe qué decir. Así que, sin más preámbulos, él le devuelve los libros que retenía en su piso. Mientras lo hace, recuerda la fotografía de los dos atrapada entre las páginas de esa novela que ella nunca terminó de leer, y que sigue ahí, como si él no la hubiese redescubierto al hacer limpieza. Entonces ella le da los vinilos que guardaba en su apartamento. Mientras lo hace, piensa en las marcas rojas con las que ambos subrayaban las mejores frases de sus canciones preferidas, y que siguen ahí, más intensas desde que ella, bolígrafo en mano, decidió escuchar los discos por última vez. Tras despedirse con un adiós algo inseguro, cada uno se vuelve por donde ha venido, luchando por no girarse a mirar atrás.

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_ _ _ J _ (sustantivo masculino)

D o Después del desastre

Ya no se sonríen con descaro. Apenas añoran ver destellar el deseo en la mirada del otro cuando se desvisten. Ya no desafían juntos al destino, ni buscan desconectar del mundo para perderse en su desorden privado. Llegan a deshora a los mismos lugares, o toman desvíos opuestos que les conducen sin remedio al desencuentro. Sus desayunos se han vuelto descafeinados. Se despiden con desgana en el descansillo, soñando con encontrar algún desahogo en sus respectivos despachos. Desconfían el uno del otro. Se abandonan a la desidia. A veces se tratan con desdén. Han descubierto que el príncipe azul destiñe; que la princesa ya no deslumbra. Pronto decidirán desterrarse mutuamente de sus reinos particulares, encerrarse en sus burbujas desiertas y desoladoras. Se desmoronarán, gritarán hasta desgañitarse, dejarán olvidados en el desván los buenos recuerdos. El tiempo, desesperante, pasará despacio para ambos. Después desinfectarán sus heridas, desempolvarán su mejor sonrisa y volverán a deshojar margaritas.

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D _ _ _ _ _ _ (sustantivo masculino)