Aquel silencio lo dijo todo. La reina comprendió que ya no importaba cómo respondiera a su pregunta el curioso espejo mágico que acababan de regalarle. Por muchas explicaciones que le diera, nada sería tan elocuente como su titubeo inicial. Cerró los ojos, repentinamente cansada, y lo vio claro. Entendió, por fin, cuánta mentira encerraban las verdades de sus cortesanos. Entonces se preguntó de qué le servía rodearse de aduladores si se sentía tan sola. Para qué quería tantas riquezas si no le hacían sentir menos pobre. Así que se levantó del trono con la cabeza bien alta, aunque no pudo disimular una sonrisa triste. Con gran dignidad, se tomó todo el tiempo del mundo para huir cuanto antes del salón real.
*
P _ _ _ _ _ _ _ (sustantivo femenino)
¿Cuál es la palabra entre líneas? Tenéis hasta el jueves para adivinarla.