Fin de la primera ronda

Termina la primera ronda alfabética de La palabra entre líneas. Antes que nada, ¡muchas gracias a todos los que habéis participado en el blog cada semana! Sin vosotros, estos juegos literarios no habrían podido seguir adelante. :-)

Que conste que esto no es una despedida. Tras un breve descanso navideño, la segunda ronda comenzará a principios de enero. ¿Cuento con vosotros para seguir jugando?

Mientras no llegan nuevos microrrelatos, os dejo este ebook gratis que recoge todos los cuentos publicados en la primera ronda. Podéis releerlos o volver a jugar con ellos. Incluso podéis difundirlos entre quienes no conozcan el blog. ;-)

Solo me queda anunciar que la primera ronda ha terminado con una vencedora absoluta: ¡felicidades, sfer! :-) Tu constancia y tus aciertos se merecen un premio, sin duda. Pero temo que las “retallades” también han llegado al blog… Como no hay presupuesto para recompensas materiales, aquí tienes un microrrelato escrito especialmente para ti. ¡Que lo disfrutes!

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Hora de cierre

Cuando el último niño sale de la biblioteca, ella empieza su ronda. Cierra la puerta con llave, coloca bien las sillas y devuelve los libros olvidados a las estanterías. Después regresa a su mesa. Del primer cajón saca su labor de punto: un jersey diminuto que está a punto de terminar. Enciende la radio, y un río de notas alegres inunda la sala al instante. “¡Vía libre!”, grita ella. Y sus palabras despiertan la magia: uno por uno, los protagonistas de los libros infantiles abandonan su refugio de papel y saltan a la realidad. Todos corren a sentarse a su alrededor, como cada noche, para que les cuente historias maravillosas del mundo real. Mientras los personajes se acomodan, ella examina la labor diminuta que está tejiendo y asiente, satisfecha. Pulgarcito estará realmente guapo con su nuevo jersey.

Z o Sin dejar rastro

El policía interrogó a familiares y vecinos, pero nadie sabía nada sobre la desaparición del ilustrador. La única pista, si podía considerarse así, la aportó la mujer del desaparecido: aseguró que su marido la había mirado de forma extraña esa mañana, antes de encerrarse en el estudio para trabajar. Como un niño a punto de hacer una travesura, dijo. En el estudio, el policía no encontró nada fuera de lugar. El ilustrador incluso había podido terminar su último proyecto: un paisaje marino, isla desierta incluida, para un cuento infantil. Al policía no se le ocurrió observar con detenimiento aquella ilustración. De lo contrario, habría visto que la isla no estaba tan desierta: un hombre dormía bajo un cocotero. Su ropa estaba mojada y sus dedos tenían restos de tinta.

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Z _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ (verbo pronominal)

La palabra entre líneas es…

Y o Línea de salida

Somos siete, pero yo sólo tengo ojos para el de mi derecha. Algo me dice que es el único capaz de derrotarme. Le observo con disimulo: nada, excepto esa marca azul pintada en su cabeza, le diferencia de mí. Ése es el color que su amo ha escogido para identificarle durante la carrera; a mí me reconocerán por una marca roja. Él parece tranquilo. Yo, en cambio, no dejo de temblar. Cuando la voz del megáfono da el aviso, nos preparamos para salir. Noto que ahora es él quien me estudia con discreción: probablemente sabe que soy el único rival a quien debe temer. La voz del megáfono grita, y entonces la red que nos retenía cede. Los siete patitos de goma nos liberamos. Flotamos río abajo. Y empieza la lucha.

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Y _ (adverbio tiempo)

¿De qué palabra estamos hablando?

X o Tienda de juguetes

Tomás había logrado avanzar entre jirafas de peluche y trenes eléctricos sin hacer caso de sus tentadoras invitaciones a acercarse y jugar. Pero aquellas enormes láminas de colores colocadas en el suelo llamaron su atención. Agarró la baqueta gigante que las acompañaba y golpeó una lámina, arrancándole una alegre nota musical. Sonrió con picardía. Dejó a un lado la baqueta y saltó sobre las láminas. Empezó a bailar, y sus movimientos se transformaron en una conocida melodía infantil. A cada salto, a cada nota arrancada, su sonrisa se volvía más grande. Cuando el encargado se le acercó frunciendo el ceño, Tomás comprendió que se había excedido. Avergonzado, se volvió hacia su hijo: el niño le miraba con admiración y reía. Tomás supo entonces que nunca había tenido una idea mejor.

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X _ _ _ _ _ _ _ (sustantivo masculino)

Te toca descubrir la palabra entre líneas.

W o Duelo en noviembre

Un imperdonable fallo de agenda hizo que los dos candidatos coincidieran en la entrada del colegio electoral. Aparecieron por sorpresa, avanzando cada uno desde una esquina diferente, provocando un alud de murmullos nerviosos y gritos de sorpresa entre los testigos. Cuando estuvieron cara a cara, se detuvieron. Sus miradas se retaron durante unos segundos eternos, y hasta el último de los testigos enmudeció. Entonces, el candidato más rápido disparó un guiño de ojos. Su adversario reaccionó al instante desenfundando una sonrisa. Estrecharon manos, se dieron palmaditas en la espalda, posaron para la prensa local. Parecían disfrutar del momento. Pero todos sabían que aquel mismo día, al ponerse el sol, uno de los dos mordería el polvo.

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W _ _ _ _ _ _ (sustantivo masculino)

¿En qué palabra se basa el microrrelato?