No fue premeditado. O quizás un poquito sí. Puede que la idea fuera tomando forma en su cabeza al mismo ritmo que avanzaba la última ilustración del que, ahora lo sabía, iba a ser su último encargo: la isla desierta en la que acabaría retirado el pirata protagonista de aquel cuento infantil. El día anterior, mientras dibujaba un par de cocoteros, se sorprendió envidiando al pirata que iba a abandonar su arriesgada vida laboral para disfrutar de aquel paisaje paradisíaco. Inexistente, sí, pero paradisíaco a fin de cuentas. Esa misma mañana, mientras desayunaba con su esposa, había llegado a la conclusión de que nada le impedía retirarse también. Al fin y al cabo, estaba pintando una isla a su medida. Así que a media tarde, en cuanto acabó de colorear los cocoteros, dejó los pinceles a un lado y se zambulló en el mar ilustrado sin pensárselo dos veces.
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J _ _ _ _ _ _ _ _ (verbo pronominal)
¿En qué palabra se inspira este cuento? Dejad vuestros comentarios hasta el jueves.
¡META VOLANTE!
Esta semana tenéis un reto más. Este microrrelato está hermanado con un microrrelato anterior: son dos puntos de vista de la misma historia. El primer comentarista que deje título y link del microrrelato hermanado, se llevará 2 puntos extra.