Recorre las calles ensimismado, sin que parezca importarle nada de cuanto ocurre a su alrededor. De repente oye una risa femenina, y su actitud cambia. Alza la vista en busca de la propietaria de las carcajadas; cuando la localiza, se acerca corriendo y se detiene ante ella. Ladea la cabeza, como si oyera algo que nadie más percibe; instantes después levanta una mano rápida para atrapar en el aire algo que nadie más ve. Acerca el puño a su oído, lo agita, escucha con atención. Entonces asistente, satisfecho. Con la mano libre, tantea su bolsa en busca de un tarro de cristal vacío. Introduce a su presa en el tarro con cuidado; en él escribe, con rotulador indeleble, “Mujer joven. Carcajada de nivel 3” y la fecha. Después lo guarda en su bolsa, junto a otros tres tarros ya etiquetados. Educado, da las gracias a la sorprendida propietaria y se aleja tan inesperadamente como llegó.
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C _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ (sustantivo)
La palabra entre líneas es…