Veinte minutos para la medianoche. Tenía que aguantar todavía veinte minutos más. Cenicienta nunca hubiera imaginado que un baile en palacio pudiera ser tan aburrido; ni un príncipe azul resultar tan soso. Atractivo e infinitamente rico, sí, pero con menos conversación que un pastel de manzana. Por no hablar de sus pocas dotes para el vals: tras recibir el tercer pisotón, temiendo por unos pies ya de por sí torturados por sus zapatos de cristal nuevos, Cenicienta le había propuesto sentarse para descansar y charlar tranquilamente. No tardó en arrepentirse. El príncipe, víctima de un ataque de timidez, no había pronunciado una sola palabra desde entonces. Cenicienta se moría por huir del palacio con cualquier excusa, pero debía esperar a que el hada madrina la recogiera a medianoche. Diecinueve minutos más. Si al menos pudiera deshacerse de aquellos odiosos zapatos de cristal…
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A _ _ _ _ (adverbio tiempo)
¿Cuál es la palabra oculta entre letras?