No hizo falta un recuento de votos. Al ver todas las manos alzadas, el pequeño Víctor comprendió que ninguno de sus compañeros defendería su permanencia en la pandilla. Los muy cobardes decían que su último experimento había ido demasiado lejos; algunos se quejaban de sentir todavía hormigueo en los dedos por culpa de la descarga eléctrica. El niño científico abandonó el refugio de la pandilla a regañadientes. “Algún día haré algo grande”, refunfuñaba. “Y ese día, como me llamo Frankenstein, se arrepentirán de haberme expulsado”.
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U _ _ _ _ _ _ _ _ _ (sustantivo femenino)
Tenéis hasta el jueves para intentar descubrir la palabra que inspira el microrrelato.