D o Sí o no

Tras cientos de primaveras sufriendo afrentas injustificadas, las margaritas deciden tomar cartas en el asunto. En asamblea general acuerdan elevar una queja a la autoridad competente para exigir que dejen de castigarlas de esa manera. Si su queja no obtiene respuesta, recurrirán a medidas drásticas; si es preciso, se negarán a florecer los fines de semana. Por supuesto que simpatizan con los enamorados, pero no soportan sus inseguridades sentimentales. No entienden qué les lleva a confundirlas a ellas, simples flores, con expertas en el amor. ¿Necesitan saber si su objeto de deseo les quiere o no? Que se dejen de ñoñerías y se lo pregunten directamente.

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D _ _ _ _ _ _ _ (verbo transitivo)

¿En qué palabra se inspira el microrrelato? Respuestas, hasta el jueves a las 22:00.

C o A su aire

Se baña en la playa en invierno. Cata el postre antes de comer. Empieza los libros por la última página. Si tiene prisa, anda despacio. Corre cuando no sabe a dónde ir. Se prueba la ropa después de comprarla. Si los demás se relajan, él se mantiene alerta. Canta nanas para no dormirse. Aplaude cuando el equipo contrario vence. Convierte el trabajo en un juego constante. Deja que salga su niño interior. Ríe cuando está triste. Llora cuando otros se burlan del resto. Si le gritan, prefiere guardar silencio. Cuando todos callan, él grita. Le tranquiliza ver que el mundo se indigna. Sueña despierto. Muere por vivir.

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C _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ (sustantivo femenino)

Podéis dejar vuestras propuestas de palabra entre líneas hasta el jueves a las 22:00.

B o Ida y vuelta

Pablo está nervioso. Balancea rítmicamente el bolígrafo que sujeta entre los dedos. De vez en cuando, su mano derecha garabatea algo en la libreta. Si el profesor se fija en él, creerá que está tomando apuntes; en realidad, hace rato que dejó de prestar atención. Se lleva el bolígrafo a la boca y mordisquea el tapón antes de dejarlo, casi tirarlo, sobre el pupitre. Mira hacia la pizarra, aunque sus oídos están pendientes de cualquier sonido a su espalda. Hace diez minutos que dejó caer su mensaje en el pupitre de Ana, pero la respuesta no llega. Pablo apoya la cabeza en la mano; cree que así nadie notará que ha empezado a temblar. Bajo la mesa, su pierna se agita de manera incontrolable. Todavía pasarán otros cinco minutos hasta que note unos golpecitos en la espalda. Al volverse, descubrirá los ojos de Ana, sonrientes, y su mano alargándole un papel. Los dedos impacientes de Pablo lo desplegarán en su regazo. Ana habrá escrito algo bajo su mensaje inicial: “A las 6 en la biblioteca”. Pablo suspirará. Su zurda atrapará el bolígrafo y escribirá un “OK” apresurado mientras él procura que el corazón desbocado no se le escape por la boca.

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_ _ B _ _ _ _ _ _ _ _ (adjetivo masculino)

¿En qué palabra se inspira el microrrelato? Recordad que podéis dejar respuestas hasta las 22:00 del próximo jueves.

A o Lecciones de anatomía

Hace años que no dibuja, pero de algo debieron servirle las clases particulares que le obligaron a tomar de niño. Entonces no entendía por qué la anciana que su madre contrató como profesora le hacía estudiar los movimientos de aquel estúpido maniquí de madera. Sentado ante un lápiz afilado, una hoja llena de esbozos y un vaso de leche, contaba los minutos que faltaban para bajar a la calle a jugar a polis y cacos con sus amigos. De aquellas lecciones de anatomía aprendió lo justo para comprender que la pierna del hombre que está dibujando ahora se ha doblado en un ángulo imposible. Pero ese detalle no logra hacerle perder la concentración. Reproduce fielmente la postura adoptada por su modelo. Con trazo firme, sigue rayando el suelo con su tiza hasta completar la figura. Mientras sus compañeros intentan mantener alejados a los primeros curiosos, él se incorpora. Retrocede unos pasos, con cuidado de no pisar la pierna extrañamente doblada del cadáver, y contempla su obra de arte.

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_ _ _ _ _ _ A (sustantivo femenino)

 

¿Cuál es la palabra entre líneas? Tenéis hasta el jueves a las 22:00 (hora del blog) para dejar vuestras respuestas.

D o Después del desastre

Ya no se sonríen con descaro. Apenas añoran ver destellar el deseo en la mirada del otro cuando se desvisten. Ya no desafían juntos al destino, ni buscan desconectar del mundo para perderse en su desorden privado. Llegan a deshora a los mismos lugares, o toman desvíos opuestos que les conducen sin remedio al desencuentro. Sus desayunos se han vuelto descafeinados. Se despiden con desgana en el descansillo, soñando con encontrar algún desahogo en sus respectivos despachos. Desconfían el uno del otro. Se abandonan a la desidia. A veces se tratan con desdén. Han descubierto que el príncipe azul destiñe; que la princesa ya no deslumbra. Pronto decidirán desterrarse mutuamente de sus reinos particulares, encerrarse en sus burbujas desiertas y desoladoras. Se desmoronarán, gritarán hasta desgañitarse, dejarán olvidados en el desván los buenos recuerdos. El tiempo, desesperante, pasará despacio para ambos. Después desinfectarán sus heridas, desempolvarán su mejor sonrisa y volverán a deshojar margaritas.

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D _ _ _ _ _ _ (sustantivo masculino)