Quieren que recorra el laberinto. Otra vez. Los tres humanos de bata blanca con los que trabaja todavía no parecen satisfechos con los resultados. Revisan los apuntes de sus cuadernos de notas y murmuran algo entre ellos antes de volver a clavar sus miradas en él. Al ratón no le supone ningún esfuerzo repetir el ejercicio: ha recorrido el laberinto tantas veces que sabría encontrar la salida con los ojos cerrados. Pero el experimento dejó de parecerle divertido cuando comprobó que el tamaño de los pedazos de queso con los que le recompensaban era inversamente proporcional a la velocidad a la que cruzaba el laberinto. Harto de que le tomen por tonto, el ratón decide vengarse. Tras remolonear unos segundos, descarta el camino hacia la salida y toma un desvío equivocado. No puede ver a los tres humanos, pero se regodea imaginando sus caras de desaliento al observar cómo avanza, con paso firme, por un callejón sin salida.
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S _ _ _ _ _ _ _ (verbo transitivo)
Sabotear?
¡Correcto! La palabra entre líneas de esta semana es sabotear. :-)