El escriba ha decidido revelarse. Tanto le da si la savia científica herró en el cálculo de sus vienes o si una hola gigante acabó con la extirpe malla. Ya no le importa si el pastor está cayado porque le gusta oír el valido de sus mascotas bobinas o si prefiere gravar a las bacas mientras pastan hierva junto a la baya que cerca una basta pradera. De echo, ni siquiera le preocupa que el jefe reúse su transcripción y decida enviarlo a la orca. Al fin y al cavo, nadie hecha un ojo nunca a sus obras de harte escritas.
*
O _ _ _ _ _ _ _ _ _ (sustantivo femenino)
¿Ortografía?
¡Sí! La respuesta es ortografía. :-)