D o Día de aniversario

Lleva semanas esperando este día. Hoy seguirá el ritual, aunque las cosas sean diferentes este año. Bajará al mercado a por lo necesario para preparar su receta especial de aniversario. De regreso, comprará una rosa fresca para ella en la floristería de la esquina. Al llegar a casa, encenderá la radio; las voces de los tertulianos le harán compañía mientras cocina. Después pondrá la mesa para dos: mantel bordado, la vajilla de las grandes ocasiones y, en el centro, un jarrón con la rosa fresca. Finalmente, irá a cambiarse. Elegirá un traje oscuro y la corbata azul que ella le regaló por Navidad. Ante el espejo, la recordará diciéndole lo bien que le sienta ese color y notará que sus ojos miran hoy más tristes que nunca. Ya sentado a la mesa, abrirá la botella de vino. Llenará únicamente su copa. La alzará para brindar por ella, y no evitará que una lágrima ruede mejilla abajo.

*

_ _ _ _ _ _ D (sustantivo femenino)

¿En qué palabra se inspira este cuento?

8 pensamientos en “D o Día de aniversario

    • ¡Sí! La palabra es soledad. Tienes razón, esta semana me ha salido la vena melancólica… ¿Alguien nos da otra visión de la soledad en forma de microcuento?

  1. A las 7:30 suena el despertador. Ejecuta con su marido la complicada coreografía que les permite realizar el aseo matutino en su diminuto baño. A las 8:30 deja a los niños en la escuela, entre gritos infantiles y las eternas quejas de las madres. Tras el atasco de todos los días, salpicado de bocinazos, a las 9:00 ya está tras el mostrador, atendiendo a los clientes. En su breve pausa para comer, de 13:45 a 14:15 escucha a sus compañeras hablar de lo último de la Esteban. A las 18:03, nada más salir del trabajo, le llama su madre al móvil y cuando por fin cuelga, a las 18:27, puede montarse en el ascensor -donde no hay cobertura- para bajar al parking y conducir de vuelta a casa a tiempo de preparar la cena a los niños. Pero a las 18:29 se para el ascensor entre dos pisos y tras pulsar repetidas veces el botón de alarma escucha una voz que le dice que no se preocupe, que hay un problema con la maquina, pero que en una hora -a lo sumo dos- la sacarán de allí. Mientras su espalda se apoya en la pared del ascensor, y se desliza hacia abajo hasta sentarse en el suelo, en su rostro, a las 18:36, se dibuja una enorme sonrisa.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.