Carlos pedaleaba cada vez más rápido. Corría, saltaba, volaba. Se sentía libre sobre la bicicleta. Su hermano menor se esforzaba en seguirle el ritmo. A primera hora, el descampado era solo para ellos. Más tarde llegarían los chicos mayores y tendrían que retirarse. Se sentarían a observarlos. Su hermano, como siempre, admiraría sus piruetas con la bicicleta; Carlos envidiaría no poder ser uno de ellos. Los mayores. Valientes, divertidos, fascinantes… No les oyeron llegar: los mayores estaban allí, mirándolos. Carlos frenó la bicicleta al instante, algo avergonzado. Su hermano se detuvo también. Abandonaban ya el descampado cuando el líder de los mayores habló: “Eres bueno con la bici. Quédate”. Radiante de felicidad, Carlos se acercó al grupo. Su hermano le siguió. “Él no”, sentenció el líder, señalando al niño. Carlos evitó la mirada interrogadora de su hermano. “Vete a casa”, murmuró. Y le dio la espalda, intentando no pensar en los ojos llorosos del pequeño.
*
A _ _ _ _ _ _ _ _ (adjetivo)
¿Qué palabra inspira el microrrelato?
¿Puede ser «apreciado»?
No, no es esa palabra… Una pista: si os ponéis en el lugar de Carlos, el protagonista, ¿qué sensación os quedaría en esa situación?
Arrogante?
¡No, tampoco es arrogante! Parece que esta vez os cuesta adivinar la palabra… De acuerdo, os dejo otro microrrelato como pista. Espero que con esta versión la encontréis más fácilmente:
Sospeché que algo iba mal cuando le pedí que me pasara la salsa. Él me la acercó con aire ausente; ni siquiera me miró a los ojos. Su silencio contrastaba con el alboroto del restaurante chino. Vertí la salsa sobre mi rollito de primavera y lo troceé con la precisión de un cirujano. Concentrarme en aquella operación me ayudaba a pensar cómo podía reaccionar ante lo que intuía que estaba a punto de suceder. Comí despacio, sin atreverme a romper aquel silencio incómodo. Fue él quien acabó con la situación. “Tenemos que hablar”, dijo. No se me ocurrió otra manera de retrasar el temido momento: fingí atragantarme con el rollito.
Deduzco que Carlos se siente triste y
alegre a la vez. Un sentimiento
AGRIDULCE ¿Es ésta la palabra?.
Si lo es, tiro la toalla
¡Correcto, Celia! La palabra es agridulce. :-) Y ahora, ¿alguien se anima a escribir otro microcuento basado en esa palabra?