“Nada”, sentenció el doctor tras leer atentamente los resultados del enésimo examen médico. Después miro a los padres de Minino con aire grave: “Por muchas pruebas que haga, no encuentro nada. Su hijo está perfectamente. Si no habla, es porque no quiere”. Los padres suspiraron a dúo. ¿Por qué no podía ser su hijo un gato normal? Aceptaban que no le gustara callejear en busca de ratones, pero no entendían por qué se empeñaba en callar. Tomaron al pequeño de la mano y salieron de la consulta. La luna brillaba espléndida aquella noche. Fue amor a primera vista. Al verla, Minino pronunció la primera palabra de sus siete vidas: “¡Uaaau!”.
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M _ _ _ _ _ _ (verbo intransitivo)
La palabra entre líneas es…
Pues me lo juego todo a la casilla de «Maullar»
Que mi gato creo que hace eso por las noches ;)
¡Correcto! La palabra entre líneas es maullar. ¡Buen dominio de las costumbres gatunas, Francisco! ;-)
Y ahora, ¿quién se anima a escribir un microcuento inspirado en esa palabra?