B o Tarde de verano

Mateo y Sofía corren campo a través. Saltan, ríen y bailan, gritan sus nombres al viento hasta quedar sin aliento. El verano les pertenece. Cuando el calor aprieta, se tumban a la sombra de su árbol preferido. Cuentan nubes que parecen ovejas, o quizás ovejas que parecen nubes. Después, Mateo saca su libro del escondite y lee en voz alta. Sofía escucha en silencio. Las palabras acarician sus oídos como olas que vienen y van. Su boca se abre sin que ella pueda evitarlo. Sus ojos, traicioneros, se cierran. La voz de Mateo suena cada vez más lejana.

*

B _ _ _ _ _ _ _ (verbo intransitivo)

Te toca descubrir la palabra entre líneas.

5 pensamientos en “B o Tarde de verano

      • Al principio, era la palabra. Después vino otra palabra. Y otra, y otra, y otra. Y ese Dios aparecido repentinamente no pudo dejar de hablar. Y con cada palabra se creaba un objeto del universo. Decía «prados» y se creaban los «prados». Decía «arroyos» y se creaban los arroyos. Decía el nombre de todas las aves, y se creaban todas las aves. Al cabo de unos días, exhausto, pronunció sin querer la palabra «bostezar». Y se creó la media tarde.

  1. Todos los animales creían que no había nada que hacer contra el rey de la selva, sólo acatar sus órdenes caprichosas y obedecer. La avispa era la única que discrepaba y estaba dispuesta a encontrar alguna solución. Ella creía que lo mejor era dinamitar el problema desde dentro. Por eso esperó el momento adecuado y cuando el león bostezó, se coló en su boca con valentía.

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